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El espectáculo corrió a cargo de Dinàmic Produccions Las risas y las voces agudas llenaban el Palau. El ambiente festivo se sentía por todo el recinto. Las luces se apagaron y el espectáculo empezó.
Esta tierna como divertida historia cargada de acrobacias, danza, teatro e imaginación celebraba la fábula del Principito, o lo que es lo mismo, la búsqueda permanente del hombre y la amistad, el entusiasmo por el conocimiento, la bondad y la imaginación. 
Con las telas comenzó el viaje: una bandada de pájaros ayudaron al Principito a salir de su planeta. El encuentro con el zorro fue uno de los momentos clave para que el Principito entienda su relación con la Rosa.
El aviador, como hilo conductor de toda la historia, apareció en varias ocasiones a lo largo del show. Las bolas de equilibrio, pintadas como planetas, reforzarno el papel del aviador, simbolizando los viajes del Principito.
Se trata de cuento atemporal, a revivir de la mano del aviador las aventuras del Principito. Paso a paso, mundo a mundo.
Una fantasía que fue ampliamente clamada por los más pequeños, ya que permitió al público adentrarse en una galaxia cargada de animales y personajes mágicos acompañados del aviador. Un espectáculo lleno de acrobacias y equilibrios imposibles que demostró que todo es posible en el universo del Principito.
Al final de esta aventura el protagonista se encontró serpiente. Resultó la forma de volver a casa, a su planeta, y aunque pueda dar miedo, la serpiente le ayudó en lo que necesitaba.
 Fotografías: Armando Romero
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