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Ricasa hizo vibrar al público en La Marina El pasado sábado 23 de febrero todos los valencianos y los falleros pudieron disfrutar en La Marina de un espectáculo pirotécnico que se ha definido como completamente “espectacular”. Con cerca de 1.700 kilos de material pirotécnico y a tan solo un día de que se diera la bienvenida a la fiesta fallera desde las Torres de Serrano, los presentes fueron testigos de un evento pirotécnico 15 veces más potente que una mascletà en la plaza del Ayuntamiento.
Los artífices del espectáculo han sido Amstel junto con la colaboración de las 382 fallas valencianas, del Ayuntamiento de València, el Consorcio de La Marina y, por supuesto, el pirotécnico Ricardo Caballer. Bajo el nombre de “Amstel nit de les Falles” y con el propósito de reconocer y valorar los aspectos que hacen especiales a las comisiones falleras, la pirotecnia Ricasa incluyó en su espectáculo 382 truenos con un calibre un 50 % más grande que el habitual. Además, se sumaron los 4.600 utilizados para construir la mascletà vertical que, como definieron sus protagonistas, es “la más alta y potente que jamás se haya disparado”.
Los 5.000 truenos que compusieron el terremoto aéreo estuvieron alojados en una plataforma con 100 metros de alto por 50 de ancho, suspendida por una grúa especial a 20 metros de altura. Ricardo Caballer realizaba la siguiente comparativa en rueda de prensa: “Es como dos Migueletes juntos, uno encima del otro. Creo que no hay ningún edificio en València tan alto”.
En apenas 20 segundos se dispararon 600 kilos de material pirotécnico, conformando un final nunca visto. Los maestros pirotécnicos experimentaron con efectos que no se habían disparado hasta el momento con el objetivo de aprovechar la combinación de los mejores aspectos de la mascletà y del castillo de fuegos artificiales.
El escenario también fue el ideal ya que, al lado del mar, los colores y efectos visuales lucen todavía más. En este sentido, se crearon 170 metros en paralelo a la dársena con una zona de fuegos de 180 grados. De esta manera, el público, mirase donde mirase, encontró un espectáculo con un ritmo trepidante y en lo más alto desde el minuto 0.
Fotografías: Armando Romero
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