La Batalla de Flores puso punto y final a todo un més de celebraciones durante la Gran Fira Un año más, el Paseo de la Alameda se convirtió en un río de clavelones amarillos y naranjas durante la Batalla de Flores. Acto emblemático que sirve de cierre de la Gran Fira de Valencia, celebrada durante todo el mes de julio.
Ni las vacaciones de julio ni el fuerte sol de la tarde impidieron que todos los palcos ofrecidos por el Ayuntamiento de Valencia se llenaran a tope para disfrutar de un espectáculo mágico: la batalla más pacífica y colorida del mundo. En cajas, a lo largo de todo el recorrido, esperaban más de dos millones de clavelones para cumplir su misión.
Celebrada por primera vez en 1891, en la actualidad, la batalla de flores se erige como uno de los actos más multitudinarios de la Gran Fira de Valencia. El desfile se inició con la Policía Municipal, seguida de la cabalgata valenciana, en la que los asistentes pudieron observar a los participantes vestidos con la indumentaria tradicional valenciana, al mismo tiempo que sonaban instrumentos musicales tan característicos como la dolçaina y el tabalet.
A continuación, desfilaron un total de cinco coches ligeros y treinta carrozas, en las cuales viajaban falleras mayores de varios sectores, las candidatas preseleccionadas para Falleras Mayores de Valencia 2020, las Cortes de Honor del 2018, así como las Falleras Mayores de dicho año y, por supuesto, las máximas representantes del 2019, Marina Civera y Sara Larrazábal, acompañadas por sus respectivas Cortes de Honor.
Como no podía ser de otra manera, Marina y Sara, no desfilaron de cualquier manera, sino que las dos lo hicieron de una forma muy original. Por su parte, Sara se subió a la cesta de una grúa para llegar al lomo del caballo floral dispuesto a cuatro metros de altura de la carroza diseñada por Marina Puche y ejecutada por las germanas Guaita.
Con el lema «Galopant en la Batalla», esta carroza que llevaba a las niñas de la Corte de Honor 2019 y a la Fallera Mayor Infantil de Valencia se alzó con el Primer Premio de la Sección Especial A.
También vio la Batalla de Flores desde las alturas Marina, ya que su trono en la carroza diseñada por Jordi Palanca también estaba a cuatro metros de altura, a los pies del edificio del Miguelete y acompañada por toda su Corte de Honor que una vez más demostró su alegría y naturalidad participando con toda la fuerza y la ilusión en este acontecimiento tan especial para todas ellas.
Su carroza, con el lema «València, quin Orgull!» consiguió el Segundo Premio de la Sección Especial A.
Después de un primer desfile, que ejerció de preludio a la batalla de flores y que permitió al jurado valorar las carrozas y los coches ligeros, tuvo lugar la segunda vuelta, durante la que se hizo entrega de los premios. Y, finalmente, llegó el momento de la batalla. Después de que sonara la primera carcasa, varios clavelones ya surcaban el cielo valenciano. Centenares de falleras se refugiaron detrás de sus decoradas raquetas, que también les permitieron devolver alguna que otra flor a los asistentes. Entre ellas, se encontraban las futuras Falleras Mayores de Valencia, que el próximo año volverán a repetir la experiencia.
La segunda y última carcasa alertó del final oficial de la batalla, que después continuó con un alcance mucho más reducido entre aquellos que no quisieron perder la oportunidad de fotografiarse con el mantel de flores tan singular que únicamente cubre el suelo de Valencia una vez al año.
Fotografías: Armando Romero.
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