Durante la noche del 19 de marzo, las llamas devoraron en unos minutos la falla de Alejandro Santaeulalia y Dulk, dedicada a la concienciación medioambiental. Después de la emotiva Cremà de ‘Saps qui soc? També!’, la falla municipal infantil, llegó el turno de la Cremà de la falla municipal, obra este año del artista fallero Alejandro Santaeulalia y del artista urbano y diseñador Antonio Segura (Dulk). Cuando València ya había quemado prácticamente todas sus fallas y con el nuevo horario, el cielo de la plaza del Ayuntamiento se iluminaba a las 23.00 horas de la noche para empezar al espectáculo pirotécnico previo, elaborado por la Pirotecnia Hermanos Caballer.
Más de seis minutos de potentes fuegos artificiales que encendieron la noche valenciana y el final de la cual fue el inicio de la Cremà de una falla municipal que quedará para siempre en la memoria de los valencianos y valencianas, así como de todas las personas que han visitado la ciudad de València durante el mes de marzo, que han quedado impresionados con la falla municipal.
Una falla que prendió fuego rápidamente y las llamas de la cual abrasaban a larga distancia. La figura central de la falla, el oso polar, se deshizo como un cirio, intuyéndose detrás de las inmensas llamas que los bomberos controlaban desde el suelo de la plaza del Ayuntamiento. También el hielo desapareció rápidamente, no fruto del calentamiento global, pero sí de las llamas de la Cremà. En la base, los animales ya extintos pasaban a ser historia y recuerdo. La parte posterior del monumento, un mundo industrial que crece de manera desmesurada y sin control, también sucumbió al fuego. Se ponía así punto final a este ciclo que da paso a las Fallas del 2023.
La Fallera Mayor de València, Carmen Martín Carbonell, y su Corte de Honor y el presidente de Junta Central Fallera, Carlos Galiana, se despedían así de la imponente y espectacular falla que ha presidido la plaza del Ayuntamiento durante prácticamente todo el mes de marzo.
Fotografías: Armando Romero (JCF)
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