La ciudad de Valencia celebra su “Festa Grossa”. Un año más, el espíritu festivo armoniza con la solemnidad religiosa, el simbolismo y la tradición del pueblo valenciano, dejando un fin de semana para el recuerdo 60 días después de Pascual se celebra la festividad del Corpus Christi, antiguamente llamada Corpus Domini. Aunque la fecha exacta de la celebración es el jueves posterior a la Santísima Trinidad, muchas ciudades, como Valencia, lo celebran el domingo siguiente.
Declarada Bien de Interés Cultural Inmaterial en 2010, la fiesta del Corpus de Valencia, ha sido considerada durante siglos, como la festividad más importante de la ciudad. La Festa Grossa. Un Solemne homenaje a la Eucaristía que tiene su origen en la Edad Media.
Aunque el día grande de la fiesta se celebra el domingo, Valencia se prepara para la festividad desde días antes. El viernes por la mañana, el pistoletazo de salida lo marca el traslado de las Rocas desde la Casa de las Rocas hasta las Alameditas de las Torres de Serranos. Al anochecer, son trasladadas hasta la Plaza de la Virgen donde quedan expuestas. Posiblemente, las Rocas sean el elemento más llamativo de nuestro Corpus. Se trata de una especie de carros triunfales que los historiadores e investigadores, en su mayoría, sitúan por primera vez, en 1413, cuando la ciudad quiso homenajear al Rey Fernando de Antequera en su primera entrada a Valencia. Por ello, se construyeron tres carros triunfales que simbolizaban La divisa de Rey, Las siete sillas, y Las siete edades. En la actualidad, el grupo lo forman 11 Rocas: la Diablera, la de San Miguel, la de la Fe, la de San Vicente Ferrer, la Purísima, la de la Santísima Trinidad, la de Valencia, la Fama, la de San Juan de Ribera o del Patriarca, la de la Virgen de los Desamparados, y la del Santo Cáliz. En ellas, se representan relatos bíblicos.
Otro de los actos que se celebra el viernes, es la entrega de “pomells”. Al medio día, representantes del Corpus entregan los “pomells” a instituciones seculares, civiles, militares y eclesiásticas, para invitarles a la fiesta.
La jornada del viernes termina con el tradicional sopar de l’escaleta, una cena de hermandad entre los corpusianos, que se celebra en la Casa de las Rocas, en la que se hacen entrega de las recompensas y reconocimientos a socios, entidades y colaboradores. Después, se celebró, como es costumbre, la Nit d’albaes, por los alrededores de la Casa de las Rocas y la Plaza de la Virgen.
En la tarde del sábado, la Plaza de la Virgen acoge la representación de los Misterios, siempre representados por niños y niñas. Este año, los misterios de San Cristóbal, el del Rey Herodes y el de Adán y Eva, fueron representados por los alumnos del colegio Esclavas de María.
Tras un concierto ofrecido por la Banda Municipal de Valencia, en la misma Plaza, se celebró la Nit de Festa, un pasacalles que sigue el recorrido inverso a la Procesión, en el que acompañados por la banda de música, se hacen entrega de los premios de balcones adornados.
El día del Corpus comienza con un volteo de campanas desde la Torre del Micalet que precede la Misa de Pontifical. Hacía el medio día, la cabalgata del convite, también conocida como la Degolla, ocupa todo el protagonismo de la festividad. Una cabalgata que se celebra, aunque de forma intermitente, desde 1516, y en la que el Capellán de las Rocas invita a las autoridades y al pueblo a asistir a la Procesión vespertina.
Se representan también distintas danzas, la primera, que abre el cortejo, es la de los gigantes y cabezudos. Tras ellos va el Capellán, montado a caballo, y después de él, otros grupos de danzas tradicionales al son de la dolçaina i el tabalet: «La Magrana», «La Moma i els Momos», «Els Cavallets», «Els Turcs», «Els Arquets» y «Els Pastorets».
Sin duda, la más conocida es la de la Moma i els Momos. En ella, la Moma (representada por un hombre vestido de mujer) lucha contra los siete pecados capitales (la soberbia, la avaricia, la lujuria, la ira, la gula, la envidia y la pereza), representados por los Momos, quienes realizan un vistoso baile de bastones que concluye cuando se rinden ante la virtud que encarna La Moma.
Tras las danzas se representan los Misterios, de Adán y Eva, y el de San Cristóbal y los peregrinos, dejando el del Rey Herodes para el final, en el que aparecen un grupo de soldados reales, y que representan a la guardia ejecutora del decreto del Rey de degollar a todos los niños menores de dos años de Belén. El paso de este grupo por las calles Caballeros y Avellanas, se ha convertido en el momento más divertido de la festividad, ya que a su paso, los vecinos les arrojan pozales de agua. Esta parte de la cabalgata es conocida como la poalà.
Es a primera hora de la tarde cuando empiezan los preparativos para la celebración de la Procesión. En primer lugar, las Rocas salen de la Plaza de la Virgen, recorren las calles por las que posteriormente pasara la Procesión hasta llegar a la Casa de las Rocas, Tras las Rocas se procede a la «Enramà», en la que carros lanzan la murta por el recorrido procesional. A continuación, salen los grupos de baile: gegants, nanos, la mangrana, y la Moma. A las 19:00 horas da comienzo la Procesión, desde la Puerta de los Apóstoles, tras un repique de campanas, que volverá a sonar a las 20:00 horas, justo en el momento en el que sale la Custodia. Abre la procesión la Policía Local a caballo, con uniforme de gala y, a continuación, la Senyera, flanqueada por “les Banderoles». Tras ella, la Cruz procesional de la Catedral.
Es el momento de los protagonistas del Antiguo Testamento, encabezados por San Miguel con dos almas, y de las escenas alegóricas más populares. Le siguen Noe, Abraham… Moises y Aarón… el Arca de la Alianza… Sansón… David y los músicos de Israel… Salomón y la Reina de Saba… los Profetas Mayores y Menores, las Matronas… .
Este año, como suele ser tradicional, pudimos ver a las Falleras Mayores de Valencia participando en la Procesión. Laura Mengó, Fallera Mayor de Valencia representó a la Reina de Saba. Paula Nieto, Fallera Mayor Infantil de Valencia, representó al Ángel del Desierto de Hored, que ofrece pan y agua a Elías en su huida de la Reina Jezabel.
Tras los personajes del Antiguo Testamento, los representantes de las Parroquias de la ciudad, así como el Gremio de Confiteros, que dieron paso a los elementos alegóricos de la ciudad: Ángel Custodio, Heraldos con armas de la ciudad, clarines y timbales y, por último, la Senyera precediendo a la Banda de Música Municipal de Valencia.
A continuación, se representan los personajes del Nuevo Testamento, encabezados por Simeón y la Profetisa Ana, que anuncian la figura del Mesías. Tras ellos San Juan Bautista, los Doce Apóstoles, los Cuatro Evangelistas, las tres Águilas (Las dos pequeñas parecen significar la unión de la iglesia de Roma y España, de ahí las iniciales R y E que figuran en su torso. El Águila Grande hace clara referencia a San Juan Evangelista, litúrgicamente conocido por el Águila de Patmos. Lleva una paloma en el pico, y de ala a ala y sostenida también por el pico, porta una cinta con la inscripción «In principio erta verbum et verbum erat apud Deum» con que comienza su Evangelio). Tras las águilas, representantes de las Parroquias del centro de la ciudad y el Gremio de Horneros y de Sastres y Modistas.
Vuelven a representarse, a continuación, los tres Misterios (Herodes, Adán y Eva, y San Cristóbal y los peregrinos) y, después San Nicolás y la barca, Santa Margarita y la cuca fera (una gran tortuga que representa, según la leyenda al demonio dominado por la Santa), San Jordi y el dragón, Santa Marta y la tarasca, Santa María Egipciaca, la beata Inés de Benigànim.
Es el turno de las Asociaciones e Instituciones cívicas y religiosas. Tras las que 26 reyes, vestidos con túnicas blancas, portan un cirio de más de 2 metros y medio de altura, y simbolizan a los ancianos del Apocalipsis adorando al cordero sin mancha. Son “ els cirialots”.
A éstos, les siguen invitados civiles y militares, tras los cuales desfilan los representantes de la Seo Catedralicia, encabezados por los símbolos basilicales y pontificales de la Seo, y dando paso a la Custodia del Santísimo Sacramento, portada por presbíteros y flanqueada por 6 mancebos, que es recibida por una inmensa lluvia de pétalos de rosas. Tras la Custodia, el Arzobispo de la Ciudad, Enrique Benavent, acompañado de los Obispos, autoridades civiles y militares y, por último, cerrando la Procesión, la Banda militar y un piquete militar, al son de una marcha procesional.
Fotografías: Fotofilmax Fotógrafos
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