Los responsables de diferentes Museos Falleros tratarán de constituir una Red Valenciana de Museos Falleros. La fiesta de las Fallas disfruta, afortunadamente, de la consideración de patrimonio cultural, reconocido tanto institucionalmente como también por parte de la ciudadanía. Y buena prueba de esto es que la fiesta fallera está reconocida como Be de Interés Cultural en Valencia, Xàtiva, Gandia, Sueca, Alzira y Torrente, además de ser candidata en todas sus manifestaciones para ser declarada como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por parte de la UNESCO. Estos reconocimientos son especialmente merecidos, pues las Fallas constituyen un espacio cultural complejo, diverso y muy rico, que aglutina todo tipo de manifestaciones rituales alrededor del cadafal fallero y su arte, con extensiones en varias expresiones culturales manifestadas en la pirotecnia, la indumentaria, el cartelismo, la literatura, la floristería, la orfebrería o el asociacionismo, entre otros. Por lo tanto, el patrimonio cultural fallero es muy extenso y variado, además de estar profundamente arraigado en calles, barrios y pueblos, con un recorrido de larga duración y una firme vocación de persistencia y de transmisión intergeneracional. Pero, a pesar de que el patrimonio fallero, tanto material como inmaterial, está muy vivo y conectado en una fiesta dinámica y continúa transformación, existe una institución esencial para su conservación y difusión: el museo fallero. En él, de una manera permanente, controlada y con vocación profesional, se desarrolla un trabajo consciente y planificado de conservación, protección, restauración y difusión del patrimonio fallero. A partir del primer Museo Fallero, que se creó en Valencia en 1970, fueron sumándose nuevos museos, como el Museo del Artisfa Fallero de Valencia (1993), el Museo Fallero de Gandia (2008) o los más recientes de Cullera y Xàtiva, en otras ciudades valencianas donde se celebran las Fallas existen proyectos para abrir nuevos museos falleros. Los museos falleros valencianos presentan realidades muy diferentes, frutos de la historia fallera local y las diversas circunstancias políticas, económicas y sociales de cada entorno, pero todos ellos tienen en común la voluntad de preservar dignamente y difundir de manera eficaz las diferentes colecciones de piezas y obras que cada museo intenta salvaguardar, desde ninots indultados hasta carteles históricos, maquetas, instrumentos técnicos, elementos literarios, fotográficos, obra pictórica, ilustraciones, indumentaria o testigos de la vida asociativa de las comisiones falleras, entre otros elementos destacables. En consecuencia, y muy conscientes de la singular riqueza que exponen los museos falleros, estos quieren expresar la voluntad de sumar esfuerzos para favorecer el Museo Fallero como referente patrimonial de la fiesta fallera, así como a marca turística distintiva, y más pensando en la posible declaración de las Fallas como Patrimonio de la Humanidad. Por todo esto, los responsables del Museo Fallero de Valencia, Museo Fallero de Gandia, Museo Fallero de Xàtiva, Museo Fallero de Cullera y Museo del Artista Fallero de Valencia, queremos manifestar, en esta declaración conjunta, nuestra voluntad de poner los fundamentos para la constitución de una Red Valenciana de Museos Falleros, desde la cual poder sumar esfuerzos, coordinar iniciativas, aprovechar sinergias y contribuir mancomunadamente a la protección, promoción y difusión del patrimonio cultural fallero, haciendo de los museos focos no sólo de conservación sino de irradiación de una actividad cultural que incremente la sensibilidad de nuestras instituciones y nuestros ciudadanos con nuestro patrimonio cultural festivo. Entendemos que es fundamental ir desarrollando un trabajo en común que sepa dar una respuesta eficiente a los retos que plantea la preservación del patrimonio cultural fallero y su aprovechamiento en clave de turismo cultural sostenible y de calidad. Un trabajo coordinado que suma recursos y personas para poner en valor los museos falleros como herramientas de conservación, investigación y divulgación, capaces de asegurar que la fiesta de las Fallas, siempre abierta, inclusiva y en cambio continuo, puede mantener y transmitir su legado patrimonial en las mejores condiciones de dignidad, profesionalidad y excelencia.