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La Fallera Mayor de València y su Corte de Honor apoyó a esta cita tan especial Con motivo de la festividad de la Virgen de los Desamparados, la comisión fallera Padre Alegre-Enrique Navarro celebró un año más, después del paréntesis por la pandemia, su tradicional ofrenda de flores y frutos en el Cottolengo del Padre Alegre. Una cita muy especial en que los falleros y falleras se vuelcan con las Hermanas Siervas de Jesús, congregación al cargo del centro, y sobre todo con las mujeres discapacitadas que allí atienden.
En este encuentro tan especial participaron un año más la Fallera Mayor de València, Carmen Martín Carbonell, y su Corte de Honor, apoyando así a esta causa tan importante. La comisión Padre Alegre-Enrique Navarro, que comparte nombre con el Cottolengo, está al frente de este encuentro desde el año 1982. Se trata de una jornada muy especial para todo el barrio, puesto que en ella también participan todas las fallas del sector Pla del Real-Benimaclet y de la agrupación. Además, también se suman diferentes comisiones de fuera de la ciudad de València como Turís, Alboraya y Aldaia, entre otras.
Aunque el acto oficial de la Ofrenda tuvo lugar por la tarde, los miembros de la falla Padre Alegre-Enrique Navarro pasaron, como es habitual en este jornada, todo el día con las hermanas y las internas. Tal como explican desde la comisión, las actividades empiezan por la mañana. A primera hora se hace “la despertà” y se despierta a las chicas con música y bailes. Además, antes de la hora de la comida tiene lugar “el Matinal”, donde presentan actuaciones musicales y de baile como la tuna y sevillanas.
En este día tan completo tampoco faltó la tradicional Dansà del grupo de baile de la Falla Padre Alegre-Enrique Navarro, que ofreció al jardín del Cottolengo una muestra de los bailes típicos valencianos.
Por la tarde, a las 18:00h, tuvo lugar la Ofrenda de Flores y Frutos donde cada comisión, año tras año, aporta voluntariamente alimentos no perecederos así como productos de higiene que son muy necesarios para el día a día en el Cottolengo.
Fotografías: Armando Romero (JCF)
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